Ningún miembro del equipo SASA ha sido capaz de resistirse a morir de amor con esas cacho de orejas que son más propias de un podenco que de esta mestiza preciosa, tan única como ella.

Hace un tiempo, una amiga nos pidió ayuda. TANA nació y creció en un patio cuyas cuatro paredes eran todo lo que conocía. Eso y la mano que de vez en cuando le echaba de comer. Nuestra amiga ha estado todo este tiempo insistiendo y luchando por su cesión, buscando las formas de sacarla de esa casa donde era obvio que no la querían. Vivir de esa manera, tan sola, tan ajena del mundo, de las caricias, de los juegos y la compañía de sus congéneres, han hecho que TANA no sea aún compatible con otros perros, ya que no ha tenido un proceso de socialización correcto, y no sabe reaccionar correctamente a su presencia.

Necesita un poco de espacio y tranquilidad para juntarse con otros amiguetes, pero está poniendo todo de su parte para recuperarse poco a poco. Con unas buenas pautas y tiempo estamos seguros de que será la más juguetona del parque. La asociación se compromete a pagar los gastos de su rehabilitación, para que el dinero no sea impedimento para encontrar un hogar a este ángel. 

Sin embargo, con los humanos es totalmente al contrario. Es súper agradecida y besucona, siempre deseando tumbarse encima para no perder nunca más ese contacto humano que tanto le gusta.

Tana lo pasa muy mal en resi, pues estar rodeada de perros solo aumenta su ansiedad. Sabemos que en una casa su rehabilitación sería muchísimo más rápida. Nos ha demostrado muchas veces que aprende a pasos de gigante, pero el entorno de resi nos juega malas pasadas y nos hace retroceder. ¿Quieres darle una oportunidad? Adopta. Acoge. Apadrina.